Fragmentos

 





Escribí este texto hace casi dos años y en vez de dejarlo en el tintero. Lo he arreglado un poco para compartirlo:

De todas las preguntas que me he hecho, hay una que suele volver a mi muchas veces, y es por qué la soledad suele ser descrita como algo aburrido, como un estado que llama a la tristeza.

La soledad, el silencio, la calma. Me parecen tan increíbles e importantes para mi crecimiento que los busco todo el tiempo, me hacen sentir bien.

Es verdad que no todo puede mantenerse en esa calma y quietud porque avanzar es movimiento, avanzar es desordenarlo todo para que en su momento tenga un orden y un sentido superior. Recuerdo aquel poema sobre Ítaca y este fragmento en particular:

«Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.»

Me conmueve porque son tantos los viajes que he emprendido en mi vida con la ilusión de encontrar lo que llene los vacíos, y al final me he dado cuenta que no hay nada tan sublime como el don de la paciencia ya que el tiempo bien invertido, hace que todo avance de manera natural, trabajando cada día en mi, en mis metas, en creer en mi potencial.

La soledad me ha enseñado tanto, en especial a crecer, a escuchar, a entender. Son piezas que van encajando poco a poco. Requiere tiempo esto de conocerse a sí mismo; pero qué ilusión tener ganas de seguir caminando, descubriendo quién seré cuando sea grande.

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