El movimiento

 

La quietud

Se trastoca con el movimiento.

Parece que nada puede permanecer mucho tiempo en pausa: se pudre o se llena de polvo.

Hace meses que mi vida sigue una dirección, y voy empujando con fuerza para que ese rumbo me lleve al camino correcto.

No concibo la vida sin cambios.

Es, para mí, lo más natural, lo más constante.

El movimiento en todos los sentidos, especialmente el mental; la vida y nosotros cambiamos constantemente. Es aceptarlo, entenderlo y seguir, conociendo cada día esa nueva versión de uno mismo.

El movimiento rompe patrones, el movimiento fuerza situaciones. No hay que quedarse inmóvil ni dejarse consumir por la quietud.

Las acciones, de cualquier tamaño, generan avances. No es el tiempo: es cómo lo enfocas.

El movimiento no solo es acción; es una idea que crece, un sueño que llega y lo revoluciona todo. Es un cambio de estado mental.

Muchas veces, el movimiento implica revolver el orden, provocar caos, desempolvar viejos recuerdos… todo para dar un salto en el camino y no seguir inmóvil ante lo que duele, frena y hace dudar.

Llevo dos meses intentando expresar estas palabras; dos meses en los que mi vida, incluso, ha dado grandes cambios.

Es tan complejo poner en orden estos pensamientos: son tantos y tan volátiles. Pero aun así, quería compartir esta reflexión.

La frase “mejor hecho que perfecto” es una de las que más ha cambiado mi mentalidad este último año.

Porque tirarse a la piscina es acojonante, es retador; salir de donde incluso se está bien duele, pero es necesario.

Los pies y las ganas van a temblar, pero hay que dar los pasos.

El movimiento, aunque lento, nos llevará a nuevas aventuras.

Como dicen, lo más importante es el camino, no el destino.

Lo que llamados destino es solo una parada más: nunca se deja de andar, de buscar llenarnos de algo que nos dé sentido, que resuene dentro de nosotros.

Movimiento,

Movimiento,

Movimiento.

La vida encontrará sus respuestas si no nos quedamos atrás, si enfrentamos la parálisis y no dejamos que nos consuma.

“Caminante, no hay camino; se hace camino al andar.”