El movimiento
La quietud Se trastoca con el movimiento. Parece que nada puede permanecer mucho tiempo en pausa: se pudre o se llena de polvo. Hace meses que mi vida sigue una dirección, y voy empujando con fuerza para que ese rumbo me lleve al camino correcto. No concibo la vida sin cambios. Es, para mí, lo más natural, lo más constante. El movimiento en todos los sentidos, especialmente el mental; la vida y nosotros cambiamos constantemente. Es aceptarlo, entenderlo y seguir, conociendo cada día esa nueva versión de uno mismo. El movimiento rompe patrones, el movimiento fuerza situaciones. No hay que quedarse inmóvil ni dejarse consumir por la quietud. Las acciones, de cualquier tamaño, generan avances. No es el tiempo: es cómo lo enfocas. El movimiento no solo es acción; es una idea que crece, un sueño que llega y lo revoluciona todo. Es un cambio de estado mental. Muchas veces, el movimiento implica revolver el orden, provocar caos, desempolvar viejos recuerdos… todo para dar un salto en el...